Chubut - Patagonia - Argentina 4 de Nov de 2024

Científicos argentinos alertan por la posible alta toxicidad en las explotaciones de litio


Un grupo de científicos de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) demostraron que la exposición a concentraciones de litio causa una alta toxicidad en renacuajos de anfibios.
El trabajo, que es el primero en el país y fue publicado en una de las más prestigiosas revistas del mundo científico, señala como una auténtica “bomba de tiempo” a la contaminación que deriva de la explotación del mineral en el llamado “Triángulo del Litio”, conformado por salares ubicados en la Puna, en jurisdicciones de Argentina, Chile y Bolivia.

Bomba de tiempo

El equipo conformado por los investigadores Ana Paola Peltzer, Ana Cuzziol Boccioni, Andrés Attademo, Maria Simoniello, Germán Lener y Rafael Lajmanovich publicaron el trabajo “Caracterización ecotoxicológica del litio como ‘bomba de tiempo’ en sistemas acuáticos: renacuajos del sapo sudamericano Rhinella arenarum (Hensel, 1867) como organismos modelo”.
Las conclusiones del estudio fueron publicadas por Toxics, una de las revistas científicas internacionales más prestigiosas, con sede en Suiza. Esta publicación es revisada por pares y da acceso abierto sobre los aspectos de los productos químicos y materiales tóxicos. “Que esa revista publicara el trabajo le da un gran aval académico. Pero, además, pasó por un estricto referato integrado por cinco revisores internacionales, una condición que se dio por primera vez en trabajos que presentamos desde este equipo», señaló Lajmanovich a La Capital.
“En el laboratorio estamos muy relacionados con los temas del impacto del extractivismo y este era sin dudas un caso extremo, junto al resto de la minería. Si bien no es similar a los casos que más trabajamos, la agricultura industrial, es una cuestión parecida que implica zonas, ecosistemas o regiones de sacrificio ambiental”, explicó el investigador y profundizó: “Después de estas actividades queda tierra arrasada y contaminada, con serios perjuicios a la fauna, la flora y los habitantes”.
El científico contó que se interesaron sobre el impacto del litio en el ambiente luego de conocer las primeras investigaciones que se realizaron sobre las poblaciones de flamencos. “De ese modo fuimos entrando en tema y, sobre todas las cosas, advertimos que no había nada estudiado”, explicó y aclaró que había algo sobre el tema del litio, pero muy poco. “Si uno busca, por ejemplo, sobre el glifosato, encuentra investigaciones en todo el mundo, pero como la explotación de litio se da en zonas determinadas, estamos sobre algo mucho más local”, dijo.
“Encontramos algo estudiado en Brasil, pero nuestra intención era trabajar sobre nuestro territorio y especialmente con las especies que se distribuyen en el llamado ‘Triángulo del litio’”, aclaró y añadió que “hay una especie que tenemos también en nuestra zona, el sapo argentino o sapo grande (rhinella arenarum), que además se distribuye en toda Sudamérica. Por esa razón se usó como bioindicador de los efectos que tienen cuando son sometidos a concentraciones de litio ambientalmente relevantes”.
“Esto quiere decir que estas condiciones se irán dando en todos estos ambientes por los procesos de contaminación que ya están ocurriendo en los sitios de extracción de minerales”, detalló el científico.

Alteraciones en el ADN

Para los trabajos de investigación realizados en laboratorio, el equipo utilizó organismos centinela o bioindicadores. “Los efectos que encontramos, más allá de la mortalidad, indica las alteraciones inmediatas que van a tener en los ambientes contaminados con litio y tienen efectos subletales como genotoxicidad -influye directamente en el ADN de los organismos-, impactos fisiológicos muy importantes y también hormonales. Estos serían efectos crónicos o subcrónicos a las exposiciones de concentraciones de litio que se registran en el ambiente”, dijo.
Al paso del desarrollo de la industria se espera que se incrementen los lugares en los que exista contaminación por litio. «Estaríamos en el comienzo de algo que se avecina en el futuro», explicó.
«Desde nuestro laboratorio no realizamos evaluaciones sobre cómo es la contaminación -continuó- pero suponemos que a esta altura no existen datos de lugares contaminados con litio. Lo que se puede afirmar, es que las proyecciones de la producción van a terminar los entornos en los que se explota, como pasó con otras industrias mineras».
«Como en todos los comienzos, el argumento es que ‘no hay datos’, pero eso es ahora. Seguramente cuando comenzaron a utilizar cianuro en las minas de oro tampoco tenían datos, pero luego alguien dio alguna voz de alarma y la desestimaron y posteriormente se dio la contaminación», afirmó Lajmanovich y añadió que “nos sorprendió la toxicidad porque es alta por tratarse de una cuestión natural. No estamos hablando de un producto químico sintético, que por lo general tienen mayor toxicidad, sino que es un simple metal. En general, cuando uno hace las primeras pruebas, avanza en la medida en que encuentra valores tóxicos y acá, como se detalla en el trabajo, fueron bastante altos».
Si bien los hallazgos estaban relacionados con la toxicidad de otros organismos, algunos de los efectos crónicos que hallamos no estaban tipificados. «Esto indica que habría que tener extremo cuidado con la contaminación de estas explotaciones, que por más cuidado que tengan en su desarrollo, en algún momento terminarán contaminando», remarcó.

Paisajes inhóspitos

Esta situación se suma al problema que denuncian las comunidades originarias en los lugares en los que se instalan las plantas de extracción de litio, relacionado a las altas demandas de agua potable para el proceso, lo que perjudica el normal abastecimiento de los pobladores. «Estas condiciones generarían, con el paso de los años, espacios inhóspitos por la contaminación y ausencia de agua. Sin agua no hay vida, por lo que en unos 50 años estaríamos ante uno de los peores escenarios».
«Esto cumplirá con las características de las famosas zonas de sacrificio. Generarán divisas por un tiempo determinado hasta que solamente quedará todo el ambiente destruido. Así se comportan estas mega industrias que, como langostas, se van a otra parte a destruir el planeta», anunció Lajmanovich y consideró que las familias relacionadas con esas empresas no se van a quedar allí. “Ellos tienen sus familias en sus países de orígenes y el día que todo se termine se irán. Como ocurrió con La Forestal en Santa Fe, quedarán los edificios obsoletos y con tecnología que quizás, ya no sirva para nada», dijo.
Para el equipo de trabajo, el logro fue considerado muy importante debido al tipo de problemática abordado y la emergencia para Argentina y los países limítrofes afectados por esta clase de producción. «Esperamos que este estudio sirva de puntapié inicial para que otros colegas sigan investigando. Se construye así, ahora pueden sumarse otros trabajos, sobre todo con otras especies como las aves que estarán entre las más afectadas, peces y anfibios en peligro de extinción», detalló.

Greenwhashing

«Cuando se recorren las páginas web de estas empresas, en general, hablan mucho de sustentabilidad o dan nota de que monitorean el ambiente. Sin embargo, eso no se observa en la práctica porque no existen trabajos que hablen sobre la toxicidad ni proyecciones sobre las posibles contaminaciones a los ecosistemas o datos por el estilo».
El paper publicado por Toxics refrenda que el Acuerdo Regional de Escazú “está aprobado en Argentina y, considerando que la salud ecológica es un tema que concierne a todo lo que está dentro del ambiente (visión ecocéntrica), no se permiten aportes públicos y científicos a las decisiones y gestión ambiental por parte de los gobiernos actuales. Esta nueva revolución energética verde, que creó una alta demanda global de litio, un contaminante de creciente preocupación en los sistemas acuáticos, es probablemente una futura “bomba de tiempo”.
«No entiendo bien quién da los avales ambientales, pero se supone que estas empresas los necesitan para instalarse», resaltó Lajmanovich y, sobre el final, contó que el trabajo del equipo de investigación “fue dedicado al Tercer Malón de la Paz y a los pueblos indígenas de la provincia de Jujuy que representan la voz de aquellos que luchan contra el extractivismo que agota el agua y fractura etnoculturas en sus tierras ancestrales robadas, sin ninguna acción democrática ni perspectiva de una ecovisión de la naturaleza”.