El robo a la vivienda de la periodista Silvina Cabrera, perpetrado durante la madrugada del sábado mientras la dueña estaba ausente, fue uno de los tres asaltos consecutivos que cometieron los delincuentes en escasos minutos: también saquearon dos casas contiguas, pertenecientes a trabajadores de la industria pesquera, que tampoco se hallaban allí.

Tras haber revisado hasta el último cajón del hogar de la trabajadora de Azul Media, los ladrones se escaparon con dinero en efectivo y ropa. Al parecer, los mayores damnificados fueron sus vecinos.

No debe pensarse esta incidencia como un hecho aislado: los altos índices de desempleo que tristemente ostenta Trelew son el caldo de cultivo en el que se desarrolla el crecimiento cada vez más acelerado de la delincuencia allí y en las vecinas ciudades de Rawson y Playa Unión.

Es que, al parecer, Trelew se está convirtiendo en un yacimiento de delincuentes que incluso encontró formas de exportar la inseguridad hacia zonas no tan cercanas, como ocurrió con la banda que viajó hasta Puerto Deseado para perpetrar un robo millonario a un frigorífico en los últimos días.

La Brigada de Investigaciones está intentando, una vez más, dar con el paradero de los autores de estos delitos, aunque la tarea será cada vez más pesada si no se logra generar condiciones de vida más favorables en la región, que supo ser la punta de la lanza del progreso en la Patagonia.